Las Acllas
Las acllas (en quechua: aqllasqa,
‘escogida’)?
Eran mujeres de singular belleza.
Fueron escogidas de varios
lugares del Imperio inca para servir al Inca o al Dios Sol o Inti.
Su preparación se llevaba a cabo
en el Acllahuasi, donde vivían las mujeres bajo la vigilancia de las Mamaconas
aisladas en un servicio de alto honor.
Las Acllas del Sol
En
el Imperio Inca, para proporcionar el mejor culto posible al dios sol, además
de sus diversas clases de sacerdotes, los incas habían creado una importante
institución de vírgenes dedicadas a su servicio, conocida como Intip Chinán, en
la que ingresaban
las niñas elegidas en su infancia (a los ocho años) para convertirse en acllas tras un estricto noviciado
que cubría los primeros años de su estancia conventual, bajo la dirección de
una superiora, mamacuna, educadora, vigilante y examinadora de las jóvenes
sometidas a su tutela.
Acllahuasi era el nombre del templo de las acllas. Pero esta profesión religiosa no era
sólo una llamada o una obligación para acudir forzosamente al servicio de la
religión, sino que se trataba más bien de una educación selectiva y esmerada para las jóvenes
de las clases superiores, puesto que, una vez llegadas a la edad
núbil, entre los trece y los quince años de edad, pasaban a ser
"presentadas en sociedad", para ser las potenciales prometidas de
señores de la nobleza, ya que el período de servicio en el Inti Chinán como
aclla era también la garantía de la calidad de su linaje y el aval de la mejor
educación y, evidentemente, la mejor prueba exhibible públicamente de su
incontestable virginidad.
No guardar la obligada castidad y, sobre
todo, ser sorprendida con un hombre significaba, para la vestal en ejercicio,
su inapelable condena a muerte, a una muerte cruelmente ejemplar, dejándola que
muriera de inanición, para que no fuera la mano del ser humano la que matara a
las sacerdotisas, sino el abandono.
Si se llegaba a producir un embarazo de
una de las aclla, siempre que no hubiera pruebas en contra de la exigida
adhesión a la norma estricta de la virginidad requerida, se consideraba que tal
embarazo había sido realizado por la explícita voluntad y personal acción del
dios Sol y, automáticamente, el hijo que tuviera la vestal, era considerado
privilegiado hijo del dios solar y, como tal, recibía un trato de favor para el
resto de sus días.
El Acllahuasi
Los Acllahuasi (del quechua Casa de las Escogidas) son edificios
residenciales de las acllas.
Eran mujeres especializadas en
actividades productivas, particularmente en la textilería y preparación de
chicha, y que estaban obligadas a prestar servicios laborales al Estado.
Estos
edificios, comparados erróneamente por los cronistas con los conventos
cristianos, se encontraban distribuidos en todos los centros provinciales del Tahuantinsuyo.
Tipos
de trabajo y reclutación
Algunas de las mujeres eran destinadas
al Inca como sirvientas, preparaban la chicha para el Inca.
Otras eran elegidas como premio a los
grandes guerreros incas y a la nobleza normal y de privilegio.
Pero todas ellas eran elegidas entre
algunas y llevadas al recinto, preparadas, destinadas para lo que servían y
otras se quedaban para enseñar a las mujeres
o mamacunas .
Eran elegidas por las mamacunas para ser
esposas del inca o ser sacrificadas.
Otras eran destinadas al dios Inti, para sacrificio y preparación de la ceremonia, pero recuérdese que los Incas no siempre sacrificaban humanos, sino sacrificaban llamas, cuyes y otros animales.
Otras eran destinadas al dios Inti, para sacrificio y preparación de la ceremonia, pero recuérdese que los Incas no siempre sacrificaban humanos, sino sacrificaban llamas, cuyes y otros animales.
LAS ACLLAS
EN EL TAHUANTINSUYO
Fueron
las mujeres de mayor preparación cultural.
Eran reclutadas y luego escogidas.
Eran preparadas en los Acllahuasis, que estaban a cargo de las Mamaconas.
El cronista Bernabé Cobo:
Eran reclutadas y luego escogidas.
Eran preparadas en los Acllahuasis, que estaban a cargo de las Mamaconas.
El cronista Bernabé Cobo:
"...el
acllahuasi o casa de mujeres escogidas era institución que reunía a las
Mamaconas o Señoras Madres que actuaban como maestras y a un número credido de
muchachas que ingresaban a un régimen de clausura entre los diez y doce años.
Eran recogidas a modo de tributo entre las más nobles y hermosas..."
Los Acllahuasis, tenían estatutos.
Algunas muchachas ingresaban a los 8 a 10 años de edad, otras ingresaban con más años.
Todas eran escogidas en función a su origen social y a excepcionales cualidades físicas y morales.
Eran hijas de los orejones las que ingresaban al acllahuasi cusqueño.
Las hijas de los curacas y otros miembros de la nobleza ingresaban a los acllahuasis provincianos.
Hernando Pizarro, en una carta dirigida a los Oidores de la Audiencia de Santo Domingo (23-11-1533), dice:
Algunas muchachas ingresaban a los 8 a 10 años de edad, otras ingresaban con más años.
Todas eran escogidas en función a su origen social y a excepcionales cualidades físicas y morales.
Eran hijas de los orejones las que ingresaban al acllahuasi cusqueño.
Las hijas de los curacas y otros miembros de la nobleza ingresaban a los acllahuasis provincianos.
Hernando Pizarro, en una carta dirigida a los Oidores de la Audiencia de Santo Domingo (23-11-1533), dice:
"...En todos los pueblos hay
casas de mujeres encerradas; tienen guardas a las puertas; guardan castidad. Si
algún indio tiene parte con alguna de ellas, muere por ello..."
Respecto
a estos Acllahuasis privincianos, Elena Aibar, en sus estudios registra a los
siguientes Acllahuasis, ubicados en: Isla de Puná, Tumibamba, Carangues,
Latacunga, Tumbes, Caxas, Cajamarca, Huamachuco, Huaylas, Moyobamba, Casayancu,
Huánuco el Viejo, Hatun Jauja, Pachacámac, Chincha, Pisco, Huarco,
Vilcashuamán, Coropuna, Huamanguilla, Huanacauri, Angocagua, Chungará,
Copacabana, Pacajes e isla de Coata en el Lago Titicaca.
Según Garcilaso, existían varias clases de acllas, unas destinadas
exclusivamente al culto de los dioses, otras para el servicio del Inca, otras
eran concedidas como esposas a los grandes capitanes por sus méritos y a los
jefes de naciones confederadas; otras que después de algunos años podrían dejar
el acllahuasi para contraer matrimonio con novios escogidos a través de sus
padres y otras quedaban a perpetuidad en el Acllahuasi como maestras,
provisoras, etc.
Las acllas recibían cuidadosa educación, sabían danzar y cantar, tejían e
hilaban con arte y maestría; preparaban viandas y bebidas para dioses y nobles,
ellas elaboraban el akja o chicha, para consumo de los dioses y de los nobles.
Asimismo, confeccionaban la ropa para el inca y la coya.
CLASES
DE ACLLAS
Para Waldemar Espinoza Soriano, las acllas, estaban distribuidas de la
siguiente manera:
a) Yurac Acllas: pertenecían
al linaje inca, dedicadas al culto solar.
b) Huairo
Acllas: hijas de incas simbólicos o de la nobleza provincial,
de allí el Inca, escogía sus esposas secundarias.
c) Paco
Acllas: hijas de caciques regionales de menor importancia, de
aquí salían las esposas de los nobles provincianos.
d) Yana
Acllas: eran la servidumbre del acllahuasi; al terminar su
servicio eran entregadas como esposas a los hatun runas.
e) Taqui
Acllas: artistas que alegraban la vida de otras acllas, a
través del canto, el baile y la música.
En el Cusco, se indica que existió un Acllahuasi, que staba en lo que es hoy el
monasterio de Santa Catalina, estaba conformado por recintos enchapados de oro,
patios enlosados, callejas limpias y empedradas, depósitos de alimentos. La
Mamacona del Acllahuasi del Cusco, tenía el título de Coya Pacsa o Mamacona
Mayor y estaba considerada esposa del Sol. Era, generalmente la hermana del
Inca. Todas las demás Vírgenes solares también estaban consideradas Intihuarmi
o mujeres del sol, pero no hacían mayor ostentación del título.
El Cronista Polo de Ondegardo, dice que en el incanato, se realiza sacrificios
humanos y que algunas de las acllas eran sacrificadas en honor a los dioses, cuando
ingresaba a gobernar un nuevo inca.
Para finalizar, podemos afirmar, que las acllas cumplieron un papel muy
importante en el Tahuantinsuyu, destacando en cumplir las
siguientes funciones:
- Rendir culto al Sol.
- Elaboración de textiles.
- Elaboración y/o preparación de la chicha (bebida sagrada en el mundo andino).
- Acompañantes o esposas de los jefes o curacas principales.
Iglesia y
Convento de Santa Catalina - Acllahuasi
El actual
convento fue reconstruido en 1,653 y la iglesia data de 1,669. Construidos
sobre el Acllahuasi. Capilla de hermosa arquitectura barroca, posee un museo
religioso y de arte colonial; ubicado en la esquina de las calles Santa
Catalina Angosta y Loreto. El Acllahuasi (voz quechua casa de las escogidas), o
Templo de las Vírgenes, era el lugar incaico en el cual moraban a perpetuidad
las acllas (mujer escogida por su linaje y hermosura, ofrecidas como eternas
esposas del dios Inti - el sol). En este templo sólo podían ingresar la Coya
(reina) y las Ñustas (princesas) y el rey Inca; habitaban en forma permanente
entre 500 y 1000 acllas.
ACLLAHUASI DE PACHACAMAC
Pachacámac es un sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Lurín, muy cerca al Océano Pacífico y frente a un grupo de islas del mismo nombre.
Contiene
los restos de diversos edificios, que datan del Intermedio
Temprano (siglo III d.C.) hasta el Horizonte Tardío (siglo XV d.C.), siendo los
edificios del periodo Inca (1450-1532 d.C.) los mejor conservados.
Allí se
hallaba un antiguo oráculo de la época prehispánica construido básicamente con ladrillos
de adobe, que, a la par que el Cuzco en la sierra, era en la costa el principal lugar del culto de la época al dios Pachacámac, al que se le atribuía la creación del
universo y de todo lo que éste contiene.
Sus mayores
estructuras arquitectónicas son las siguientes:
·
Templo de Sol, la construcción más
imponente, erigida por los incas.
·
Templo
de la Luna o Acllahuasi, también de la época inca. Fue restaurado por J.C. Tello, quien lo llamó Mamaconas.
·
Templo Viejo, el más antiguo, de la Cultura Lima,
se halla actualmente en ruinas.
·
Templo Pintado, de la época Huari.
·
Palacio de Tauri Chumpi, donde
presumiblemente se alojó el último gobernador local de la época inca.
·
Nunciaturas regionales o conjunto de
palacios con rampa, de la cultura Ichma.
·
Plaza de los peregrinos, de la época
inca.
Se puede
visitar los palacios, los templos, las plazas y el Museo de Sitio que conserva
piezas de valor encontradas en este lugar.
Mapa de Pachacámac:
1) Museo,
2) Conjunto de Adobitos,
3) Templo de la Luna o Acllahuasi,
4) Piramide con Rampa I,
5) Carretera norte-sur,
6) Piramide con Rampa II,
7) Palacio de Tauri Chumpi,
8) Templo Viejo,
9) Templo Pintado,
10) Templo del Sol; raya negra fina: perfil
del promontorio; raya negra gruesa: carretera.
Cronología
A. Intermedio Temprano (100-650
d.C.). Es la época más antigua que corresponde a la Cultura Lima. De esta época son
el Templo Viejo (o Templo de Pachacámac), el Templo de Urpi Huachac (la esposa
mitológica del dios Pachacámac) y el Conjunto Adobitos, construidos a base de
pequeños adobes o “adobitos”. Es posible también que edificios posteriores cubran
otras construcciones de esta época.
B. Horizonte Medio (650-900
d.C.). Es la época de la dominación de la cultura
Huari. Pertenece a ella el Templo Pintado y el Cementerio Uhle.
C. Intermedio Tardío (900-1450
d.C.). Pachacámac se convierte en el principal centro del Señorío Ichma. De esta
época son unos 16 edificios con rampas de acceso, que los arqueólogos han
denominado Templos con Rampa o las Nunciaturas. De ellos han sido estudiados
tres, denominados como I (o edificio JB [Jiménez Borja]), II y III.
D.
Horizonte Tardío (1450-1532
d.C.). Es la época de la dominación de los incas, quienes remodelan
Pachacámac, adaptándola a sus fines políticos y religiosos. De esta época son
el Templo del Sol (la edificación más imponente), el Templo de la Luna o
Acllahuasi, el Palacio de Tauri Chumpi (o del gobernador incaico) y la Plaza de
los Peregrinos.
Estudios e investigaciones
Las primeras excavaciones arqueológicas de carácter científico en
Pachacámac fueron llevadas a cabo por el arqueólogo alemán Max Uhle en 1897, y se concentraron en
dos edificios a los que se denominó Templo del Sol y Templo de la Luna
(Acllahuasi). Sobre estos estudios el sabio alemán publicó en 1903 la magnífica obra titulada Pachacámac, que fue muy elogiado y todavía se utiliza
como texto básico para el estudio de la arqueología sudamericana. Uhle fue el
primero en notar en las cerámicas, textiles y otros artefactos
desenterrados,
iconografías propias de Tiahuanaco (cultura del altiplano), que hoy sabemos que
en realidad se trata del estilo de la cultura huari,
pero que en su momento llevó a teorizar sobre la existencia de un imperio
tiahuanacota en la región andina. Asimismo, fue el primero en América en usar
en sus excavaciones el método estratigráfico, lo que le permitió
evaluar la antigüedad de unos restos con relación a otros sobre la base de su
posición en los estratos analizados.
Años
después, en 1938,
el estadounidense Albert Giesecke dirigió un proyecto de la reconstrucción del sitio con el
patrocinio del Museo Nacional, el mismo que puso al descubierto importantes
vestigios en el área del Templo del Sol, como fibras de tejido y utensilios
bien conservados. También inició la reconstrucción del Acllahuasi. La labor de
Giesecke, que no era arqueólogo de profesión (era en realidad economista y
maestro), fue enérgicamente criticada por Julio C. Tello,
entonces director de Museo Antropológico del Magdalena de Lima, quien asumió
dicha labor en 1939. Tello reveló los detalles arquitectónicos del Templo del
sol que había sido cubierto por depósitos de arena y descubrió una plaza
rectangular al este del templo, probablemente usada para acoger a la gente que
iba de romería al santuario, por lo que fue denominado Plaza de los Peregrinos.
Tello también descubrió un sistema de cisternas y acueductos que recogía el
agua de los estratos acuíferos del subsuelo, uno de los cuales era aún visible
al sur del Acllahuasi, edificio que Tello denominó Mamaconas. Este último fue
completamente restaurado, pero se cuenta que cuando Max Uhle, después de largos
años de ausencia, estuvo nuevamente en el Perú en 1941, fue a ver Pachacámac y
se irritó al ver las restauraciones que había hecho Tello. Moviendo la cabeza
dijo: “¡Esto no es el Pachacámac que conocí!”.
En 1941, el Institute of Andean Research inició excavaciones estratigráficas en la zona, bajo la
supervisión de William Duncan Storng y Gordon Willey.
En 1962, Arturo Jiménez Borja, director del museo del
sitio de Pachacámac, dirigió excavaciones que pusieron al descubierto numerosos
artefactos. Ese mismo año descubrió un camino en zigzag que se dirigía al
Templo del Sol. En los años siguientes dirigió las excavaciones complementarias
en el lado norte de dicho templo y puso a la luz lo que denominó el Palacio de
Tauri Chumpi (nombre del gobernador inca de Pachacámac durante la época de la
conquista española) y otras estructuras residenciales del período Inca.
En 1999 empezó el "Proyecto Ichsma", cuya finalidad era
determinar la función, el desarrollo y la influencia de Pachacámac durante el
período Ichma,
inmediatamente anterior al periodo Inca (hacia 1100-1450 d.C.). Los trabajos
fueron dirigidos por el arqueólogo Eeckhout de la Universidad Libre de Bruselas y se enfocaron en las pirámides con rampa.
En el 2003 se inició el "Proyecto Arqueológico
Pachacámac", dirigido por Izumi Shimada, que hizo excavaciones en la
Plaza de los Peregrinos, demostrando definitivamente el uso ceremonial de tal
sitio gracias a la recuperación de ídolos, telas y ceramios.
Desde 2012, una misión
científica del Consiglio Nazionale delle Ricerche de Italia, dirigido por Nicola Masini, realiza un estudio
sobre el antiguo sistema de canalización del agua a través de métodos basados
en geofísica y la teledetección por satélite.
Templo de la Luna o Mamaconas
Llamado también Santuario de la
Pachamama. Fue Max Uhle quien
lo denominó Templo de la Luna, mientras que Julio C. Tello lo
llamó Mamaconas. Fue restaurado por Alberto Giesecke en 1938 y luego por Tello
en 1940. Los daños serios que se notan actualmente en su estructura fueron causados
por el terremoto de 1940 y
a otros temblores posteriores.
Fue indudablemente un Acllahuasi o
casa de las acllas, residencia de las mujeres escogidas, que los españoles equipararon a
las vestales de la antigua Roma. Se sitúa en la parte baja del área ocupada por
las ruinas de Pachacámac. Presenta graderías, patios, sitios ceremoniales,
reservorios de agua, depósitos e innumerables habitaciones. Es en este edificio
donde se distingue, más nítidamente que en otros, el estilo arquitectónico
incaico, no sólo por sus hornacinas y puertas trapezoidales de doble jamba,
sino también por las piedras de sus muros que se ven por extensos tramos, de
inconfundible factura cuzqueña. Las hornacinas sobrepasan los 2 m de alto y
posiblemente sirvieron como nichos de ídolos traídos de diversas provincias.
Grupo de los morteros o acllahuasi en Machu Picchu
Es el más grande
conjunto de la ciudad a pesar de lo cual tuvo una sola puerta de ingreso, algo
que podría sugerir que se tratara del Acllahuasi (o casa de mujeres escogidas)
de Machu Picchu, dedicadas al servicio religioso y a la artesanía fina. Incluye
una famosa habitación de piedra bien labrada en cuyo piso se encuentran dos
afloramientos rocosos tallados en forma de morteros circulares supuestamente
para moler granos. Algunos autores piensan que éstos se llenaban con agua y en
ellos se reflejaban los astros. El conjunto incluye evidencias de un uso
ritual, hay altares e incluso una kancha construida alrededor de una gran roca.
Parte de sus ambientes evidencian haber sido residencias de élite.
El
Acllahuasi
Centro educador de las Acllas o mujeres
escogidas
Las Acllas fueron las mujeres de mayor
preparación cultural en el imperio. Eran mujeres verdaderamente escogidas,
procedían del tributo de su pueblo y vivían enclaustradas en el Acllahuasi o
Casa de las Acllas.
Todos lo pueblos tenían obligación de
tributar futuras Acllas al estado. El Inca destacaba a un funcionario llamado
“Apo Panaca” o “Señor de las Hermanas”, a cada provincia el cual se encargaba
de seleccionar a las niñas de 4 años que fueran singularmente bellas, libres de
defectos físicos y con notoria lucidez mental. A las tales recogía el Apo
Panaca en el Acllahuasi; poniéndoles bajo el cuidado de las Mamaconas.
Cumplidos los 10 años de edad las niñas tenían que decidir si querían
continuar en el Acllahuasi o retornar a sus padres.En la capital se cumplía la
tercera selección. Las muchachas eran presentadas al Inca y a los miembros de
su Consejo y de una manera especial al “Huillac Umu” quien de no estar presente
era reemplazado por “Hatun Vilca”.
Se tomaba 6 requisitos principales:
virginidad, edad, hermosura, haber aprobado el “Quicuchico” y aceptar
libremente el nuevo género de vida y el último requisito era el elemento
condicionante para el FUTURO del Aclla. Sólo después de esta tercera selección,
las muchachas tomaban el nombre de “Huamac Aclla”. Luego entraban al último
período que duraba 3 años, cumplido dicho período iba el Huillac Umu al
Acllahuasi y, en gran reunión, les preguntaba a las muchachas si querían ser
Vírgenes del Sol o salir a casarse con quien el Inca ordenase.
Excelente documentación. Muy didáctica por su escritura e imágines. Felicitaciones
ResponderEliminarmuy interesante esta lectura me a encantado
ResponderEliminarQue buena lectura 👍🌚
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